Más tarde alguna otra.
Se me pasó la tarde,
Mi mente en marte,
Y olvidé decirle que la quería.
Y olvidé decirle que la quería.
Encallados como barcos
Dejamos que el silencio hable por nosotros
Pero se quedó callado
Y no solucionó nada.
Y entre los minutos,
Que se desmoronaban como los párpados,
Acariciaba sus manos y su piel.
Cerré, al fin, también mis ojos
Y la noche volvió a encerrarnos
Como nos tiene acostumbrados.
Dejamos que el silencio hable por nosotros
Pero se quedó callado
Y no solucionó nada.
Y entre los minutos,
Que se desmoronaban como los párpados,
Acariciaba sus manos y su piel.
Cerré, al fin, también mis ojos
Y la noche volvió a encerrarnos
Como nos tiene acostumbrados.
Decía un catalán: " ...por no despertarla, dejé de dirigirle la palabra..."
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