Y mis dos mitades desvanecidas,
Mi propio pasado cantando
Deseos y anhelos de ser.
Se que no debo abandonar el mundo.
Acepto el fuego y la seca,
Y así, de aromática de sierra,
Vuelvo a vivir cada día.
Fantástica tierra de idólatras,
Mundo de eternos soñadores,
Sin fin de pensadores rodantes,
Denle libertad a mis vidas.
Estoy descubriendo que soy un arma,
Que curo la sed como agua
Y que puedo hacer lo que quiera.
Habrá que atravesar la puerta.
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