domingo, 31 de enero de 2010

Es muy sencilla la vida... Es fácil decirlo pero no lo creo así.


Empecé con el mismo canal que ayer veía. Los árboles corrían como la ruta debajo de mí. El principio del camino era el final de otro y sin pestañar… y nadie se daba cuenta… ni siquiera el nuevo camino. Comenzaba el río a pasar después del deshielo o inmediatamente después de la lluvia y mis ojos veían y mis oídos oían pero mi boca no hablaba. Ahora pienso en recuerdos porque ya el paisaje es parecido, me da tranquilidad y a veces hasta ni me doy cuenta de que no está. Los recuerdos son los mismos también pero ahora con mezcla de los nuevos, que también parecen viejos por lo que huelo en la cocina.

Pasaría la mitad de mi vida escribiendo ese solo momento. Sucede que además de ser ese instante es el presente, el pasado y el futuro. Ya te hable de Borges aunque muy bien lo conozcas.

Pasaría toda mi vida y no lo tacho porque ya lo comprobé, digo lo de hablar siempre del mismo tema… voy a pasar toda la vida añorando lo que no fue. Escribo canciones, pienso y manifiesto, sonrío en pretérito y juego como si nunca lo hubiera hecho. Ya te “hablé” de "Pezzoa"(*) pero vos ya lo conocías muy bien, al menos su obra.

De alguna manera hay cosas que me cansaron y se que todas son mías (una sonrisa). El desasosiego de sentirme incrustado en contaminación pura. No es un sentimiento es un malestar constante. Siento que estoy con la lengua afuera y no me canso de estar así para poder atraparte las sonrisas y las caricias de palabras y manos. No me siento con derecho, solo halagado, solo triste por cosas de afuera… y cierro los ojos y estoy maravillado… y abro los ojos y la miseria del mundo me conmueve (una tristeza).

De vuelta el nudo en la garganta porque quizás la maldad del mundo me hace perder la cabeza como vos no haces, a no ser que cierre la puerta de tu imagen y solo oiga tus sonidos, como los de un instrumento musical afinadísimo por mis propias manos y oído. Cuando siento la suavidad. Toda. Tu imagen también es suave. Y me pierdo en los ojos de tu mente analizándome y eligiéndome… pero eso ya lo siento del pasado. Siento que ya mostré mi monstruo podrido y necio, en mi no cabe que puedas elegirme y otra vez vuelvo al comienzo, viendo devuelta el mismo noticiero que anuncia la siguiente película y mis ojos llenos de lágrimas por no poder cambiar de canal. El humilde poema de mi mente repitiéndose como eco del pasado y no del presente, no puedo disfrutar mi presente porque algo cierra mis ojos, creo.

Es muy sencilla la vida... Es fácil decirlo pero no lo creo así.

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