Cuando tus vísceras se retuercen, ¿habrá felicidad mas
grande que soltar un lágrima chiquita? El cuerpo es real, está repleto de
recuerdos; recuerdos retenidos en cada rincón físico: el ardor, el calor, los colores,
el roce, la fragilidad, los sonidos, sabores. Lista inmejorable. Puedo
detenerme. Puedo combinar estas cosas, esta lista finita, y no correrá ni una
sola lágrima más. Los recuerdos que me afectan se componen, sobre todo, de la
actitud de los seres, y me retuercen las vísceras, para bien o para mal.